La educación se convierte en función inicial y propósito fundamental del museo, el museo como un lugar para la pregunta y como espacio donde es posible disfrutar aprendiendo, también el lugar que debe permitir una experiencia multisensorial, un lugar que no debe ser exclusivamente una puerta al pasado y que vive no solo por los objetos antiguos sino por las ideas y sentimientos de quienes trabajan y lo visitan.
La política educativa se propone por consiguiente: